A lo Bussi
La muestra de contratapas de la revista Barcelona, titulada Tucumán arde, volvió a exposición luego de haber sido secuestrada por inspectores de la municipalidad de la capital tucumana.
La exhibición, emplazada desde el 3 de este mes en Muñecas al 200, fue irrumpida abruptamente por agentes municipales que le habrían pedido una coima al dueño de la librería Miguel Frangoulis, para que no fuera desalojada. Ante su negativa comenzaron a cargar los carteles con las contratapas de la revista, arrastrando algunos por el piso. Por otra parte, el librero denunció que su hijo fue golpeado mientras intentaba sacar fotos de la irregular intervención.
Este acto de censura hace recordar, claro que en una pequeña escala, a algunas medidas que se tomaban en el pasado para silenciar cosas que a veces molestan. Esperemos que en la municipalidad de Tucumán no siga habiendo “maniáticos de la limpieza” -así fue catalogado alguna vez por Tomás Eloy Martínez el interventor de esa provincia durante la última dictadura, Antonio Bussi- .
He Dicho
A.M.
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